Se trata de una columna hindú levantada en el año 400 por el rey Chandra Varman. Tiene 7 metros de altura y pesa 6 toneladas. La misma posee un misterio que aún no se ha resuelto: es de hierro, pero de un hierro muy peculiar, que pese a a los avatares sufridos se encuentra en perfecto estado de conservación, como si por la columna no hubiera pasado el tiempo.
La colmna se encuentra ubicada en Nueva Delhi (India). En concreto, en el patio de la mezquita Kuwat UI Islam, construida en el año 1193. Sin embargo, la columna fue puesta ahí hacia el siglo V, aunque según se deduce de la leyenda en sánscrito que aparece grabada sobre la misma, podría proceder de otro lugar.
En dicha inscripción no se explica el proceso de fabricación llevado a cabo para erigir la columna. Sin embargo, sí se aportan una serie de pistas que podrían despejar parte del misterio.
El mayor misterio es por qué no ha sufrido ningún tipo de oxidación, pese a encontrarse en el corazón de una de las ciudades más contaminadas del planeta y tras pasar más de 1600 años al aire libre.
Se ha dicho, para intentar explicar el misterio, que en realidad el pilar sí que se oxida. Según ellos, en la zona que la gente frotaba sus manos o su espalda no hay señales de oxidación, en cambio sí existe donde los fieles no llegaban. Pero esto no es del todo verdad. En algunos puntos muy concretos hay signos de oxidación, pero muy escasos si tenemos en cuenta que estamos hablando de una columna de hace 1600 años.
Hace tiempo, un investigador indio llamado L. Daswani encontró referencias muy antiguas, escritas sobre hoja de palmera, donde antiguos habitantes de la India explicaban el proceso para obtener aleaciones de hierro inoxidable. Dichas fórmulas no tienen nada que envidiar a las actuales.
Recientes investigaciones efectuadas con microscopios electrónicos han puesto de manifiesto que se trataría de algo parecido a un barniz antioxidante que estaría formado por una combinación de ácido tánico con resinas sintéticas. Curiosamente, este tipo de barnices antioxidantes han sido recientemente comercializados. Son un logro de la sociedad moderna. Sin embargo, los hindúes conocían sus secretos muchos siglos atrás.
Lo que no han señalado estos expertos, y sigue siendo un misterio, es cómo pudieron conocerse tales técnicas en tiempos tan remotos.
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